sábado, 15 de enero de 2011

Segundo silencio: El misterio de la lluvia

Hola amigos, después de tanto tiempo hago una reaparición. Estuve buscando en la carpeta donde guardo las cosas que escribo y encontré este texto de una tarde lluviosa, y quise compartirlo acá para publicar algo, hasta que termine lo que estoy escribiendo.. ¡Saludos!

La lluvia está repleta de misterios que tal vez no logre descifrar nunca...
El agua cae en gotas colmadas de silencio pero a su vez de ruido también... baña las calles de soledad y acompañada por las nubes de oscuridad.
Todas las casas tienen sus ojos cerrados, en la mía todos duermen menos yo, así que observo por la ventana de forma pensativa el misterio que trae la lluvia consigo.
Llueve, y cada vez que llueve recuerdos y canciones tapan mi mente haciendo que el resto de mi mundo desaparezca. 
Recuerdo muchas tardes de verano estar jugando al tenis en la calle hasta la noche sin problemas, corriendo en busca de la pelota que se iba debido a un golpe demasiado fuerte, o simplemente por un mal reflejo.
Recuerdo además llegar de la escuela ansiosa para ir a jugar con mis amigos en el terreno baldio de al lado de mi casa.
La lluvia es cada vez más intensa...
Del otro lado de la ventana hay árboles desnudos, árboles con vestidos verdes en diferentes tonos e insectos que aprovechan para darse a conocer.
Mientras escribo esto escucho “Pregunto” de Javier Zubillaga (cantautor uruguayo. Si quieren escucharlo pueden hacerlo por youtube). “Pregunto” es una canción basadas en cuestiones, me gusta mucho. Termina diciendo “ Si mis preguntas tuvieran respuestas, ya nada sería como debe ser, que si antes del fin conocemos la esencia perderíamos la gloria de querer saber” Pongo repetir a la canción y sigo observando el más allá de la ventana.
Pasa un camión y salpica todo lo que hay a su alrededor, el cielo sigue llorando y no para desde ayer a la noche, parece estar sufriendo. Imagino desde ya el momento en el que deje de llover para poder salir más allá de mi puerta.
Queden manchas de diferentes colores en el asfalto, parecen grandes pinceladas.
En mi mente recreo una persona caminando hacia la oscuridad de la noche mientras deja atrás su figura, los ruidos de sus pasos mojados y deja atrás también las manchas de colores formando una imagen de color negro que ya no se distingue nitidamente. Llueve, y sigue lloviendo. La persona se aleja con su paraguas en mano y yo sigo aquí, en la ventana observando qué sucede del otro lado..