martes, 20 de julio de 2010

Uno a la Uruguaya por favor...

Explotan tres millones de gargantas. Todo un país unido por lo mismo, sin discriminación racial, ideológica, política ni económica. Todo un país unido por la gloriosa celeste.

Hoy la selección uruguaya de fútbol jugó ante Ghana en octavos de final.

Si me dijeran como titular el partido diría “fue un partido a la Uruguaya”. Fue así porque lo sufrimos... los oponentes doblaban de tamaño a nuestros muchachos, el arbitro fue totalmente parcial al ejercer su labor y nosotros tuvimos que poner toda la garra charrúa para llegar al resultado tan anhelado por todos.

Comenzó el partido y a su paso comenzaron a florecer las faltas no cobradas por el juez, déjenme decir que no fueron pocas.

Si vamos sobre el final del primer tiempo el equipo de África nos marca un gol. Entre festejo y festejo de nuestros oponentes se acaba el primer tiempo. Ya comenzado el segundo el jugador del club Atlético Madrid, el número diez Uruguayo; Diego Forlán transforma un tiro libre en un golazo que nos coloca en el empate . Ya estábamos 1 a 1.

Todos festejando por lo sucedido, lagrimas de por medio, abrazos, risas, saltos, gritos y lo infaltable... los cuetes que siempre tiran los vecinos.

El partido siguió y siguió... las faltas que no se cobraban seguían creciendo cada vez más. Ya eran margaritas amarillas instaladas en el jardín del árbitro.

Los Ghaneses volvieron a llegar a nuestra valle y esta vez no fue Fernando Muslera quien atajó... Lo hizo el jugador del Ajax el número 16, el goleador; Luis Suárez actualmente llamado mano bendita. Estaba Fucile a su lado pero no llegó entonces el nueve Uruguayo le pegó con las manos a la pelota e impidió lo que hubiese sido un gol que ponía el partido 2 a 1 en nuestra contra. El juez le dio frutillita y ahora no podrá jugar contra Holanda el martes.

Suárez goleador y también golero...

Su madre contó a la televisión que de chico jugaba de arquero en partidos muy difíciles, así que la mano bendita tiene sus respectivos antecedentes.

El partido continúa y el juez cobra penal a favor de Ghana y Asamoha Gyan lo patea. Todos estábamos convencidos de que hasta ahí habíamos llegado, o por lo menos Suárez que lloraba y se agarraba la cabeza en ese momento. Gyan toma distancia y patea, Muslera se tira hacia la derecha y ve pasar la pelota hacia arriba. Había sucedido lo increíble, el balón había reventado en el travesaño del arco Oriental. Todos gritábamos de felicidad, no lo podíamos creer. ¿Quién lo hubiera imaginado? Nuestro golero besaba el travesaño y saltaba. Teníamos la oportunidad de seguir el partido y entrar a semifinal después de tantos años.

Por lo anteriormente mencionado el resultado seguía sin variantes, así que se tenía que definir de algún modo, por eso llegaron los penales.

Suárez ya estaba echado, así que no podía patear ni atajar.

Nuestro golero logró impedir dos goles y Sebastián “El Loco” Abreu definió los penales picando la pelota... Quizá muchos sabíamos que lo haría, pero el caso es que el golero de Ghana no, y se tiró hacía la derecha a impedir el gol que los descalificaría a ellos del Mundial.

Explotaron tres millones de gargantas El Loco había metido el gol y ya estábamos en semifinales.

En las calles Uruguayas había niños felices, personas llorando de emoción y felicidad... caras pintadas y no pintadas cantando canciones Uruguayas de fútbol. Todo un país unido por la victoria de la apreciada celeste... sin ninguna diferencia social. Todos unidos compartiendo lo mismo.

Y muchos dicen que el fútbol no sirve para nada...

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