martes, 3 de agosto de 2010

Un día de Anita

Un día de Antia se podría describir en pocas palabras. Pero este no es el caso.

A la mañana, al mediodía y a la tarde ahí está ella, se convierte en tu sombra sin importar a dónde vayas. Es una de las sombra más linda que podría tener.

Es cierto que no es muy enérgica a veces, pero busca el momento oportuno para serlo, disfrutarlo y hacernos disfrutarlo a nosotros.

Utiliza un lenguaje muy particular el cual he ido aprendiendo en este tiempo. Para entenderlo hay que mirarla a los ojos, ahí está la clave, la respuesta a las preguntas, es como si sus ojos hablaran un idioma mundial, así es.

Está siempre al pendiente de algún momento en el que pueda recibir caricias, tan atenta que al instante en el que bajas una mano aparece ella para gozar de ser mimada. Apoya sus patas delanteras en tus piernas y con el hocico te busca la mano para que la acaricies y así poder entrecerrar los ojos, como si se estuviera durmiendo del placer.

Sería la hija pequeña que toda madre desea a la hora de la siesta, pero tiene una particularidad que muchas personas le reprochan a otras... ronca, y lo hace tan bien como el mismo dormir.

Como todo perro tiene sus picardías, quizá no las más comunes pero las tiene. No sé por qué (y creo que nunca lo sabré) le fascina entrar en la estufa (cuando está fría claro, aunque quiero decir que una vez intentó hacerlo mientras el fuego estaba encendido, se quemó el hocico y hasta el día de hoy no lo ha vuelto a hacer, cuando esta se encuentra caliente solo se acerca para abrigarse)

Hace unos días aprendimos que cuando estamos ausentes debemos cerrar las puertas de las habitaciones. Se preguntarán por qué... sucede que cuando no nos encontramos en casa, a ella se le ocurre llevar hasta su lugar pertenencias de cada miembro de mi casa. Por ejemplo, se lleva una media de mi madre, un zapato de mi padre y un chaleco mío.

Hay que decir que reconocerla en la oscuridad es difícil porque el negro de la noche la esconde formando un color homogéneo.

Algo importante también es que nunca jamás ha hecho sus necesidades dentro, incluso una noche fue a mi cama a despertarme y avisarme que quería salir al “baño”. Yo dormía muy placida (como siempre) y de repente sentí que algo me tocaba; era Anita (o Ani como yo la llamo) que fue a interrumpir mi sueño para que le abriera la puerta y así salir a hacer sus necesidades tranquila.

Muchos dicen que los perros son los animales más leales (incluso más que los humanos, que también son animales) porque si le entregas el corazón, ellos harán lo mismo y además no les importará si eres: rico, pobre, sordo, mudo o ciego, ellos igual te querrán, solo basta con que le des amor. Así son ellos.

Así es un día de Anita, así es la perrita que tanto quiero.

4 comentarios:

  1. Hola sofia me parecio muy bonito el texto de anita y muy linda perrita bueno que tengas suerte y un gran exito con tu blog besos Facundo.

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  2. Hola Facu me alegro que te haya gustado! Muchas gracias y que tengas suerte y éxito con tu blog también. Besos

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  3. Hola Sofiii Mee encantto :) Ajaj se pasaa Anitaa no veo la hora qe llegue el domingo a para conoserlaa.. i claro comer tortaa de chocolatt Ajajajaj Jodaa ... muii lindo textoo .. x suertt me hicistte caso.. Beso Tkm Ceecii ns vemos :)

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  4. Ceci!! me deja contenta que te haya gustado. El domingo la vas a conocer, y además vas a deleitarte con una torta de chocolate preparada por mi (jajajaa) Besos nos vemos tkm ;)

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